El Ayuntamiento de Elche interviene en 84 farolas para evitar que se oxiden a causa del orín de las mascotas a través de la empresa UltraProtek®
Los orines de los perros en la vía pública es un problema sobre el que cada vez se está generando más sensibilidad ciudadana. No sólo los propietarios de estas mascotas intentan que éstos hagan sus micciones en lugares apropiados, sino que el Ayuntamiento de Elche también trata de poner de su parte para minimizar las consecuencias de la oxidación en el mobiliario urbano.
La Concejalía de Limpieza va a poner en marcha una iniciativa pionera al aplicar un tratamiento especial en el pie de las farolas, de tal manera que se evite esa imagen de que la base se torne negra a causa de la acción incontrolada de los canes.
En este sentido, a finales de mayo o principios de junio se va a probar en 84 farolas de la calle Pedro Juan Perpiñán un tratamiento especial a base de resinas plásticas, según explica el concejal del área, Héctor Díez. «Este producto impermeabiliza y evita que entre el líquido oxidante», concreta el edil, quien señala que este producto ya se ha puesto a prueba en otros municipios con buenos resultados.
Desde el Ayuntamiento se recuerda que las farolas tienen un coste muy alto y que, además de la función estética, lo que se busca es alargar la vida de estos elementos urbanos en la vía pública.
A lo largo de aproximadamente tres semanas, una empresa especializada aplicará este recubrimiento protector anti orines de animales y, también, de personas.
El objetivo por tanto es proteger superficies metálicas o porosas de la corrosión y el deterioro provocado por los orines, pero además se evitan las filtraciones, evitando humedad, hongos y olores.
Además de que el acabado puede ser brillante o satinado, el producto repele la orina, es impermeable frente a la humedad, incrementa las resistencias a los agentes atmosféricos y a la oxidación y corrosión y, para que no falte de nada, presenta alta resistencia a los rayos solares, sin olvidar que evita la aparición eflorescencias (formación de manchas de sal en la superficie).
«Hay que recordarle a la gente que el mobiliario urbano tiene un coste elevado, por lo que no se debe permitir a los animales orinar en las farolas, semáforos, señales o árboles porque se pudren», indica Héctor Díez, quien aconseja bajar el perro al asfalto e incluso llevar una botella de agua para disolver la orina.
La actuación inicialmente se llevará a cabo en Pedro Juan Perpiñán, porque al parecer muchas de sus farolas están afectadas, y es posible que el próximo año la medida se extienda al Sector V. De momento.